TEMPLO DE SANTA ANA

TEMPLO DE SANTA ANA
EN EL CENTRO DE ZACAPU

Breve Historia de Zacapu.

Zacapu o Tzacapu Maruati, nombre chichimeca que significa “piedras preciosas”, se encuentra en el estado de Michoacán, en una tierra rodeada de lagunas, lagos e islas.

En tiempos remotos, un pueblo se estableció en este inmenso territorio cubierto de un manto verde y rodeado de montañas, piedras y mucha agua. Por estar tan cerca de este precioso elemento, los habitantes vivían sobre todo de la pesca y de la caza. Las abundantes y fértiles tierras, regadas por varios manantiales, permitían al pueblo aprovechar las pródigas cosechas del campo; por otra parte, explotaban el tule y elaboraban con él petates y esteras.

La laguna que hoy conocemos formaba en tiempos lejanos un lago inmenso y apacible; en sus aguas cristalinas los peces ha-cían el deleite de las familias. En la actualidad, ha cambiado la vida alrededor de la ciénega. Sin embargo, algunos pescadores siguen –igual que lo hacían sus antepasados– viviendo de la pesca y por ello desean protegerla y conservar el medio ambiente. Hemos encontrado a uno de estos “pescadores en la laguna”.

EN EL CORAZÓN DE LA LAGUNA

Hoy no es fácil vivir de la laguna debido a varias razones, la primera de ellas es que su superficie ha disminuido considerablemente, de un gran lago de más de 60 hectáreas ha pasado a sólo 24; en efecto, el gobierno de Porfirio Díaz empezó a desecar la laguna, lo que propició que florecieran las haciendas y que se desarrollara la agricultura.

En segundo lugar está la situación de que los peces se han vuelto más escasos, y algunas especies, como el bagre, se acabaron debido al abuso de ciertos pescadores aficionados. Otro factor es el desbordamiento inoportuno del agua, lo que puede resultar muy difícil para la existencia de las familias que habitan a orillas de la laguna, lo que las obliga a vivir algunas veces con los “pies en el agua”.

Varias especies han sido introducidas gracias al esfuerzo del ayuntamiento de Zacapu y de la Unión de Pescadores, fundada en 1975. Así, hoy en día podemos apuntar 24 especies que viven en la laguna; en particular, el muy raro pez blanco y el achoque, la culebra de agua, el tiro, y varias carpas, como la barrigona, la herbívora, la carpa de lujo y la carpa Israel. No podemos dejar de mencionar, asimismo, las truchas arcoíris, las sardinas (acumura) y los pececillos de cola azul. En la ciénega se pueden encontrar gallareta negra, garza, martín pescador y gaviota pesquera, y en sus alrededores hay ranas y tortugas, además de urracas y armadillos.

En el mes de septiembre, cuando recrudece el frío en los inviernos del norte, arriba a la laguna el pato canadiense, pero en el mes de mayo, cuando hay más calor, regresa a Canadá.

Lo más sorprendente de esta laguna es ciertamente la presencia de almejas. Afirman los pescadores que esta almeja de agua dulce es muy rara, y que si es posible observarla aquí en Zacapu ello se debe a la pureza de sus aguas, que provienen de catorce manantiales. Sin embargo, todas estas especies son muy frágiles, y muchas de ellas podrían extinguirse en poco tiempo si no cuidamos el medio ambiente.

Por eso la Unión de Pescadores de Zacapu no sólo se dedica a apoyar a los trabajadores, sino también a la protección de las especies acuáticas de la ciénega.

EL HOMBRE Y LA LAGUNA

En las aguas límpidas, en las cuales se reflejan los caprichos del cielo, se desliza la lancha del pescador. Rodeado por la naturaleza y teniendo como única compañía el albo vuelo de las garzas, se va a pescar.

Pero no son muchos los pescadores. Hoy en día sólo doce familias viven de la pesca, venden sus productos en los mercados locales y, por fortuna, hay todavía suficientes peces para vivir de este oficio.

¿Cómo pasa la jornada un pescador en la laguna de Zacapu? Acompañemos un día a Ricardo, nuestro guía, mientras realiza su trabajo.

Se practican varias técnicas para la pesca. Una de ellas es el uso de redes, puestas con mucho cuidado en lugares específicos, por eso es muy importante conocer bien la laguna. Ricardo conoce este lugar hasta sus profundidades, de casi 60 metros.

Hoy tiene suerte nuestro pescador, varias carpas han caído en las mallas de la red. Con gran destreza maneja su lancha y se va acercando con precaución a los peces. Son tres carpas herbívoras y una carpa de lujo.

En la laguna de Zacapu el pez más grande que se ha pescado ha sido una carpa herbívora con un peso de 32 kilogramos.

Pasemos a otra técnica de pesca, vamos ahora a buscar las famosas almejas, una especie muy rara de encontrar en las lagunas. Para esto, sólo se necesita un traje de baño y lanzarse un clavado en el agua. En poco tiempo la experiencia de estos pescadores hace salir a la superficie a estos extraños mariscos de color amarillo naranja y marrón. Un problema grave que se observa actualmente en este sitio es la presencia de la carpa barrigona, que está extinguiendo poco a poco a las almejas.

Con los mariscos se puede cocinar un rico caldo de almejas, aunque también se pueden comer crudas con limón o preparar varios platillos muy sabrosos que dan a la laguna cierto sabor a mar.

BREVE HISTORIA DE ZACAPU

Larga es la historia de este pueblo, ubicado a 1 995 msnm, que está dominado por el majestuoso “Cerro del Tecolote” (3 200 msnm) y que en algunas ocasiones –en invierno– se viste con un blanco manto de nieve.

Los primeros habitantes de Zacapu se establecieron en Naranxha y allí se dedicaron a la pesca y a la caza; luego vino del norte una tribu nómada de ascendencia chichimeca, que buscando un lugar para su dios Curicaveri se establecieron en el cerro del “Mal País”, donde fundaron una población en el lugar designado con el nombre de Tzacapu Maruati. Hubo conflictos entre los recién llegados y los vecinos de Naranxha, quienes fueron sometidos por este nuevo grupo, al que llamaban purépecha (el que visita). Zacapu fue el principal centro ceremonial y religioso del floreciente imperio.

Esta nación no escapó a los problemas sociales de la llegada de Cortés a nuestra nación, y en 1522 el capitán Cristóbal de Olid, lugarteniente de Cortés, realizó la conquista de Michoacán.

La encomienda de Tzacapu empezó en 1541 y llegaron a la zona religiosos como fray Juan de San Miguel y Vasco de Quiroga (primer obispo de Michoacán) quienes mostraron sincero interés por los indios, a quienes les enseñaron letras, música y el Evangelio.

En el año de 1548 fray Jacobo Daciano dijo que era voluntad de Dios que en ese lugar se construyera una iglesia, y de esa forma nació lo que ahora es la ciudad de Zacapu.

SU ESPLENDOR Y SU FESTIVAL

Hoy en día en Zacapu se pueden apreciar muchas huellas del pasado. Usted podrá visitar la parroquia y el ex convento de Santa Ana del siglo xvi, con su singular reloj de sol, o la parroquia del Perpetuo Socorro.

A pesar de sus difíciles accesos en una zona de piedras volcánicas, los dos sitios arqueológicos –el de “Las Iglesias” y el del cerro de “La Crucita”– con restos de pirámides o yácatas, esperan al visitante.

También merece una visita el sitio del “Ojo de mar”, un pequeño lago con su agua verde intenso en medio de un cerro conocido como “la Alberca” de los Espinos.

Desde hace dos años la ciudad de Zacapu organiza en el mes de abril su festival de la laguna. Esta propuesta de muestras gastronómicas, artesanales y danzas folclóricas, es una buena ocasión para promover los productos y recursos de la laguna, pero también para sensibilizar a las personas sobre la fragilidad del medio ambiente y la preservación de las especies.

Este festival permite conocer todas las variedades de peces y especies acuáticas que se pueden encontrar en la ciénega y una buena manera de entender la vida a orillas de la laguna de Zacapu.

LA BELLA DONCELLA

Cuenta una leyenda que en tiempos lejanos vivía en el reino Purembe una doncella, fresca como el rocío de la mañana y hermosa como la luna. Estaba enamorada de un príncipe de un reino vecino; él también lo estaba de ella y ambos paseaban en canoa por las ondas de la apacible laguna.

Eran felices, pero un día los deberes propios de la jerarquía del príncipe lo alejaron de la hermosa doncella. Pasaron los días y el enamorado nunca volvió. Desesperada, la joven decidió ir en su busca y tomó una canoa para cruzar las aguas de la laguna, sin embargo, la frágil embarcación se volcó y la bella se perdió en sus aguas. Se dice que a partir de ese momento la doncella aparece y emerge del agua por las noches, con el fin de buscar a su amado, y que confusa al no hallarlo, se lleva a algún hombre que recorra en ese momento la laguna.

SI USTED VA A ZACAPU

Saliendo de la ciudad de Morelia, tome la carretera estatal núm. 15 con dirección a Quiroga, 15 km adelantese encuentra la laguna de Zacapu.

De Moreliaa Zacapu hay una distancia de 84 kilómetros.

Fuente: México desconocido No. 296 / octubre 2001